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jueves, 27 de octubre de 2011

Tolerancia hacia la marihuana

Los grandes consumidores tienden a desarrollar tolerancia, o sensibilidad decreciente, a los efectos del tetrahidrocannabinol (THC), el ingrediente activo de la marihuana.


ContactosLas sensaciones agradables, como la euforia, tienden a disminuir con el consumo regular y abundante. Por otro lado, se puede decir lo mismo de los efectos indeseables, como la elevación del pulso (taquicardia).

Con menor frecuencia, los pacientes pueden desarrollar una tolerancia a los beneficios médicos de la marihuana. Este problema se remedia a veces tomando otra variedad de hierba o cambiando el método de ingestión durante una temporada.


Interacción con otras drogas


No es habitual que la marihuana incremente los efectos tóxicos de otras drogas.



A este respecto, es muy diferente de la mayoría de drogas habituales, como el alcohol, que es extremadamente peligroso cuando se mezcla con sedantes, o la aspirina, que es peligrosa cuando se combina con drogas que diluyen la sangre, como la cumarina y sus derivados. Esta es una prueba más de la notable seguridad de la marihuana.



Algunas drogas pueden interactuar con la marihuana produciendo taquicardia, entre ellas el antidepresivo nortriptilina, y posiblemente, el popular estimulante y antiasmático conocido como efedrina (uno de los ingredientes del "herbal ecstasy", o éxtasis vegetal).



Por otro lado, la taquicardia inducida por el THC puede ser detenida por betabloqueantes como el propanolol, en cualquier caso consulta con tu médico si tomas algún tipo de medicamento y quieres tomar cannabis.



Dependencia y adicción de la marihuana


La marihuana no produce adicción física. Los fumadores pueden consumirla diariamente durante muchos años y abandonarla sin dificultad. Cuando se le pregunta a un antiguo fumador cómo la dejó, una respuesta típica es sencillamente, no la he vuelto a probar.



Cuando los expertos comparan la marihuana con el alcohol, la nicotina, la cocaína, los opiáceos, la cafeína y otras drogas psicoactivas, la colocan al final, o casi, de la lista en términos de potencial de dependencia, reforzamiento y abstinencia.



Sin embargo, como cualquier placer humano, el consumo de marihuana puede llegar a ser un hábito muy fuerte para cierta minoría. Alrededor del 10% de los consumidores lúdicos tienen problemas para controlar su uso. En su mayoría, son personas que tienen también problemas con otras drogas.

Algunos programas de tratamiento contra las drogas actúan sobre consumidores compulsivos de marihuana, pero estos usuarios representan una mínima proporción entre los inscritos de dichos programas.

Una minoría de consumidores lúdicos habituales, con muchos años de consumo a elevadas dosis, pueden sufrir un pequeño síndrome de abstinencia cuando abandonan la marihuana. Este incluye ansiedad moderada, depresión, pesadillas, dificultades para dormir, sueños muy vívidos, irritabilidad, temblores, sudores, náuseas, convulsiones musculares y desasosiego.

Estos síntomas, aunque moderados, pueden durar unos pocos días, pero solo son notables en consumidores muy empedernidos, e incluso entonces no representa ningún obstáculo para el abandono del hábito.

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